28.12.09

GOODIES


El muchachito me dijo que estaba decepcionado por la conducta de ella.

(Tuve que preguntar, estás enamorado?)

No.

(Entonces?? Pregunté de nuevo)

Suspiró y miró hacia donde mira la gente que busca razones.


Aprenderá.

Él la creyó una buena chica.

Las chicas buenas no existen.

Los que las buscan (incansablemente) se enamoran de una idea.

No de ellas. Ellas son hermosas (perfectas) ideas.

Asi tan perfectas solo tienen un destino, ellas: la de fallar.

Las ideas no. Acaso no sabe que son impalpables, infalibles, increíbles? Y también muy tristes.


La mujer era mayor y hablaba casi sin respirar. Me dijo, uno se enamora de su propia ilusión, de lo que uno cree que es el otro y no de lo que verdaderamente es… (lo leyó en un libro, aclaró, ella leía mucho).

Ella estaba sola hace muchos años, me dijo. No importa, sonrió, al menos me queda mi sentido del humor.

Quise abrazarla fuerte.




20.12.09

ROSARIO SIEMPRE ESTUVO CERCA


Viajé a Rosario hace un mes, aproximadamente.

Desde que abordé –sola- el colectivo me sentí como en un sueño, lleno de niebla, fuera de mí.

Llegué a destino a la hora estipulada, con una humedad palpable desde que puse mi primer pie en la ciudad. Sol, gente bulliciosa yendo por los andenes.

Tomé un taxi hasta el centro –mochilita, cámara al hombro-, buscando alojamiento, detalle importante pero que curiosamente, no me afectaba.

El centro, las peatonales, negocios, autos, como todas las ciudades en todo el mundo. Sin embargo era Rosario. ROSARIO, tan lejos. Me dejé maravillar. Por los edificios antiguos, sus decoraciones exquisitas, delicadas, las callecitas empinadas, los adoquines, tan europeos, ese olorcito a antiguo, a historia, historias...

Me acomodé en un hostel semiescondido en la avenida Pellegrini, me acomodaron en una cuarto con 6 camas, sola: me sentía invitada a cualquier casa. El baño enteramente para mi, para duchas gratificantes por el calor. Calor. Calor que no me permitió extrañar mi ciudad,

Conocí a mis anfitriones, los novios, la feliz pareja, mis amigos virtuales, aquellos que un día se cruzaron (vía comment) en mi blog (cuando este blog tenía comments) y ahora, años después, daban EL paso en su relación.

Por fin nos veíamos las caras sin una pantalla de por medio!

Almorzamos y me llevaron a ver el río: una inmensa lengua plateada, con barcos y camalotes, eteeeeerno. Y el puente Victoria, a lo lejos, imponente, haciéndose desear (dije alguna vez que me gustan los puentes?)

Mi visita era breve, quería verlo todo ya. O lo posible. Me quedé en el Monumento a la Bandera, me subí a lo más alto a ver Rosario en su esplendor y renegar con los chiquitos de colegio que molestaban en todos lados.

Me empeciné en sacar fotos como cualquier turista. Caminé por la peatonal, la calle Córdoba derecho hasta el Boulevar Oroño y su fama merecida.

Las últimas fuerzas de la noche las usé para comer unas ricas empanadas con aceitunas (aceitunas!), en compañía de gente adorable, llena de energía, preciosa por su calidez.

El día de la boda la humedad seguía persiguiéndonos, junto con nubes de tormenta. De nuevo, fotos, los novios, el SI, QUIERO, lagrimitas de madres, felicidad, la recepción con mariachis incluidos. Las copas en alto y sean felices!

El cielo negro y un arco iris me acompañaron un largo tramo en el viaje de vuelta. Agotada y feliz, colmada de sensaciones pensando que bueno es dejarse seducir por el río.


Gracias Victorio, gracias Ernesto por el hermoso viaje!





6.12.09

HORSES IN HER DRESS


La primera vez que me fui, llovía. Tu cara de malhumor por las gotas incesantes me dio un poco de gracia. Nunca me besaste al decirme chau y te dejé mirándome mientras me mojaba los pies con el césped alto.

La segunda vez fue en invierno, el horrible –y amoroso- monstruo helado. Me abrazó con un terciopelo oscuro que se adhería a mi cara, a mis manos, al paraguas inútil, siempre inútil. Había baldosas flojas por doquier y me enojaba tener que bailar sin ganas por las veredas. Era miércoles o jueves, tal vez de noche.

La tercera vez, verano, en una tormenta caprichosa que decidió azotarme, el viento aplastándome y mis hombros desnudos temblando. Vi borrachos y mariposas y una chica con caballos en su vestido me empujó al pasar hacia la puerta. Pensé: que ridículo vestido para un final así.



28.11.09

“QUÉ NOMBRE LE PONDRIAS A ESTO?”

Y una noche, oscura y doliente, cuando el silencio tiene garras que afila pacientemente, antes de saltar sobre tu espalda. En el aire, que no tiene dueños, hay teléfonos, letras, iniciales. Dedos que aletean rápidamente y risas onomatopéyicas inundando las pantallitas, pequeñas y brillantes, que saben todos nuestros secretos.



“Tenés miedo a ser feliz?”


“Pero estoy trabajando en eso, pero con vos cerca no se puede…”


“No se. Tengo miedo de no poder. Mucho.”


“No creo que haya sido por ser feliz sino por querer ser otra, por escapar de vos misma. Complicada, no. Hay que saber llevarte y…”


“Con qué fantaseas?”


“Nunca lo imaginé, ni por cerca. Hasta que comenzó a gustarme. Lo volverías a hacer?”


“La segunda vez. Fumamos. Ese día me ataste, te acordas?”


“Soñabas ser asi cuando eras chica?”


“Estoy seguro. Además sos rebonita, inteligente, divertida y muy piola. Todavía lloras por las noches?”


“Viste que si podemos pasar la noche juntos?”


“De eso si estoy segura. Al principio no queria, tenia miedo de fracasar como mis viejos. Ahora si quiero. Pienso y vivo para eso. Pero a veces pienso que puedo cagarla. Te divertiste?”


Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

(he sleeps)



22.10.09

LA INSOPORTABLE PEQUEÑIDAD DEL SER


El martes pasado le conté a I. un sueño extraño que había tenido durante la siesta. Suelo tener sueños largos, pesados, llenos de selvas y ruidos; cuando la oscuridad de la noche no me abraza con ese delicioso terciopelo negro y el silencio, me paseo en torbellinos oníricos alocados.

El sueño.

Le contaba a I.: yo era una pequeñita de tres años. Era de tarde, en verano porque se sentía un vapor pesado. Había mucho sol, la humedad hacía que la ropa se me pegue a mi cuerpito. Me habían puesto una gorra roja con lunares blancos, la visera me caía coquetamente hacia un lado. Mis rulos, apenas contenidos por la gorra, se balanceaban detrás de mis orejas. Una blusa rosa, fresca y pantaloncitos cortos rojos también. Zapatillas de lona y mi carterita gris con forma de perrito cruzaba mi pecho.

El hombre altísimo que me llevaba de la mano seguro era mi padre. No podía verlo bien por el sol en mi cara, recuerdo que usaba jeans y asumí que era joven. Yo lo era.

Caminabamos por una vereda llena de gigantes. Su mano apretó la mía cuando llegamos a una esquina y me hizo esperar. El semáforo.

El sol me molestaba tanto que no miraba ya para arriba, me sentía confiada que cualquier novedad sería transmitida por mi –supuesto- padre a través de apretones en mi manito. Un código secreto y efectivo.

Los armatostes rodantes frenaron a metros de mi y todos los gigantes a mi alrededor reanudaron su marcha por el pavimento rayado. La mano apretó y mi padre avanzó con ellos; apreté el paso para seguirlo. Los gigantes iban y venían, nadie parecía notarme.

Distinguí unos zapatitos tan pequeños como los míos que venían en la dirección contraria. Un niñito de pelo castaño oscuro y una remera rayada. Nuestros ojos se encontraron sin dificultad porque estábamos a la misma altura, oh! Había encontrado otro par de ojos entre la multitud inescrutable! Estaba aferrado a una mano que también, estoy segura, le daba apretones para anunciarle cosas.

Apreté mi carterita en forma de perrito, se acercaba. Lo miré intensamente a los ojos, por fin podia hacerlo! Desde que el sol me daba en la cara había renunciado a seguir castigándome, podría vivir sin ver otro par de ojos, hasta que lo vi a él y el tiempo (en ese pedazo de pavimento rayado) se detuvo para dejarnos contemplar. El me miraba con curiosidad, asombrado como yo del descubrimiento de otras bocas, narices, ojos, pelo, cuerpo, todo a nuestra medida, igualitos.

Nos alcanzamos, nos rozamos levemente: éramos reales! Su piel estaba transpirada como la mía, sus pasitos eran cortos y rápidos para seguir a la mano-que-nos-lleva.

Pasó. Por qué tan leve!

Embrujada me olvidé del alrededor y segui esos ojos con los míos. Me di vuelta para no perder los detalles. Allá iban las rayas de su remera. Lo llevaban como a mi, en direcciones opuestas con el regalo de esos instantes, que podrían haber sido horas o minutos pero no lo sé realmente, porque el tiempo y el espacio es algo que aprenderé más adelante, cuando alcance otras alturas y pueda perseguir otros ojos.

Cuando desperté, le conté a I., estaba agitada y sudorosa como si hubiera caminado por las calles en ese mismo verano.

Es el deseo, me dijo, de toparte con quien te pueda mirar de frente sin soles ni gigantes entorpeciendo tu camino. Molestando. Lo vas a encontrar un día, caminando distraída, seguramente. Por supuesto será breve. Por supuesto cuando mires hacia atrás querrás soltarte de tu mano y correr hacia él.

No puedo? Pregunté.

No debes. Hay otras calles. Otros semáforos. Otros pequeños momentos que te querrán sorprender. Dejalos.





1.10.09

JUAN CARLOS*

*título sugerido por mi amigo personal, The Border.


Me siento demasiado real. Agotada por el peso de la rutina que tiene la maldita costumbre (claro) de volverme insignificante.

Hablo por mi.

Es como escapar. O intentar hacerlo por el aturdimiento de los sentidos. Como pelearle a la hiperestesia porque en el momento de abrir una rendija, la presión es demasiada (es el llanto, las quejas, los gritos, los golpes, los "quiero que me dejen en paz!"), todo sale escupido, a borbotones, improlijo, sucio.

Ella me dijo que cada vez que caminaba por la misma calle, en los días de invierno, sentía como tenía diez años de nuevo. Me dijo que una mezcla de derrota e incertidumbre le apretaba la garganta. Me dijo que tenia ganas de saltar, llorando como una loca.

Como una loca, recalcó.

Perdimos la oportunidad, me dijo, de volvernos locas y libres y ser parte de dichos en el barrio, de algún murmullo malintencionado y de los compadecimientos de extraños, siempre fétidos e inoportunos.

Cuando no equivocados, acoté.

Maldita realidad.

Que es lo que extrañás de estar enamorada?

Ser única, me dijo, ser todo y abarcar como el universo mismo.

Ahora?

Escapo por puertas traseras. Me encuentro con seres extraños en mis sueños. Miro por las ventanillas. Prefiero los días nublados a los de sol, porque me dan razones para sonreír disimuladamente.

El teatro esta vacío y las butacas no se quejan de los pesos inesperados. Un par de luces iluminan el lugar y me paro, en el medio del escenario, rodeada de un dulcísimo vértigo, que reconozco aún en el silencio, como me envuelve y me empuja.

Caigo.

Afuera me esperará alguien. O será que barreran mis pedazos, los pondrán en una bolsa negra y sin ninguna compasión serán arrojados juntos con otras bolsas, con otras personas rotas.



22.9.09

USELESS INFORMATION


Estoy muy pro perritos y viejit@s. Sobre todo esos que andan en pareja. Se me estruja la panza.

Ah, también estoy pro niñitos, pero solo de aquellos que todavía no hablan y tienen esos padres absolutamente incapaces que no entienden que dislocándole el hombro a la criatura, difícilmente deje de llorar. (y no entiende, señora!! Es un bebé!!!)

Tuve que disfrazarme de mimo para ir el trabajo ayer. La experiencia no fue tan traumática como pensé. Y mi jefe se disfrazó de Johnny Bravo, le quedó muy bien, es igual. En todo sentido.

La otra noche escuché un par de temas de Mika y me puse como loca. Pude apreciar la ironía.

Me di cuenta que anoto números de teléfono pero sin aclarar de quienes son. Es preferible que no anote nada, me ahorraría la angustia de estar pensando de quién podría ser.

Van dos noches que me quedo hasta las 3 am viendo The Big Bang Theory. Ahora ya me sale el saludo vulcano.

…igual sigo prefiriendo IT Crowd, sé lidiar con nerditos de la informática que con nerditos de la física. Aunque en esencia no hay taaaaaaanta diferencia.

Las caminatas me dan muchas buenas ideas. Asi que las tengo que anotar en el borrador del celular.

Me encanta que esté todo con olorcito a flores. Quiero comprarme todas. La primavera me pone tiernita.

…ah no, me está por venir.

Vi un afiche del próximo recital de Arjona y juro que lei “5to faso tour”. Obvio que no me pareció descabellado.

… si, después de ver TheBigBangTheory, me sentí un poco como Penny. No sólo por el quilombo de su departamento, sino por como de repente una empieza a entender cosas como un chiste de funciones.

Ah si, y me estoy enamorando de Sheldon. No puedo evitarlo, lo rarito me puede. Y lo MUY rarito, mucho más.



13.9.09

TOMORROWNESS



mañana
me dolerán los pies del camino andado, mis rodillas se quebraran solas sobre pedregales

mañana

humedeceré la almohada, de lágrimas, la morderé sintiendo como mi cama se vuelve inmensidad

mañana

escribiré dos líneas en un papel de carta y pondré tu nombre en el sobre con letra temblorosa


(puedo volver de todo, menos de la decepción)


mañana

con el sol en la cara me despertaré deseando que sea otro día, otra hora, otra persona la que no este a mi lado

mañana

borraré tus huellas, lo juro, del cuerpo y el piso. Quemaré navíos. Los tesoros se dormirán el fondo de las remembranzas perfumadas del vino y mi piel.

mañana

mi cara tendrá las marcas del frío, de la noche sin brillos, las manos me queman no son mías, son del viento


(puedo volver de todo, menos de la decepción)

mañana
recogeré los pedazos desparramados, las partes embrujadas y partidas

sin vos

sin voz

mañana

preferiré ser un payaso chillón aparatoso y no un bufón triste que distraiga las horas


mañana

seré otra y estaré ahuecada, me arrastraré, gritaré, voy a destrozarte

mañana

el día será perfecto y soleado, miraré las letras y me preguntaré por qué, por qué, es posible?


puedo volver de todo, menos de la decepción




5.9.09

DENTRO TUYO II


Estoy sentado frente a la puerta. El silencio me rodea. Me traga. Estoy dentro del silencio, buceando en sus entrañas de aire. El polvo debajo de mis pies. O de los que eran mis pies. Siento cosquillas.

Me habías tragado vos también cuando nos fuimos a vivir una aventura. También me llenabas con tu aire y hubiese vivido (oh si) mirándote, quieto, fascinado, como miro a la puerta ahora. Una hermosa puerta, si he de decirlo. Una hermosa mujer.

Puedo ser injusto en las comparaciones y lo siento. Afuera del silencio esta la jungla, un desorden, el ruido, o sea vos y tu mundo. Allí ya no me tragás sino que querés mis huesos, o lo que eran mis huesos, para afilarte los dientes, como los perros hambrientos y furiosos.



4.9.09

DENTRO TUYO


Esperaba que el anillo en el anular izquierdo fuese una nostalgia por una esposa muerta. Pasando junto a él escuché parte de una conversación: tenía un hijo. Era un padre.

Tendría alrededor de 26 años, pelo castaño claro y manos perfectas, como nunca antes había visto en un hombre, surcadas por venas ligeramente hinchadas que partían hacia los dedos, largos, de uñas rosadas redondeadas. Sus palmas suaves. Y su boca. Pequeña y fina, roja como una herida abierta manando de sangre.

Quería tomarlo, beberlo y succionarlo. Lo veía feliz y quería su energía para volver a vivir. Volverme rosada, turgente como sus labios, llenos de sangre, para morderlos y sentir la frescura corriendo por mi boca mis dientes, chorreando por mi cuello y bajando. Frescura infinita que me hiele que me congele y lo vea detrás el vapor de mi aliento.

Te devoro hasta que tus ojos dejen de brillar; tu sonrisa -que amo- es verde y mullida como un campo en verano. -Te deseo-. Aquí mismo te abrazaría sin ropa, sintiendo los latidos en cada una de tus venas, las marcas blancas de mis dedos apretándote, romperte. Quiero romperte, desgarrarte como una seda exquisita, fina tu piel, fina la seda, apenas manchada de puntos rosados, pecas carmines por todo tu cuerpo que tiembla en mis brazos mientras resbala, entre mis lágrimas...

-pausa-

Esta dormido con su boca entreabierta, deseando mis besos. Me mira, mi rostro detenido en sus pupilas, suya más allá, sus ojos sus pupilas me atraparon, me encerraron con él y lo acompaño en algún sendero eterno.

No tiembla, lo cubro, mi calor y su frescura, es su sangre en mis manos.

Lo rompí. Grito.

Quiero unirlo. Me arranco las uñas, llorando...

-Te lloro, amor mío!-

Ha muerto ha muerto.





27.8.09

CON LOS OJOS CERRADOS


Vamos de viaje, por la ruta gris, mirando el atardecer sobre los campos lisos. El horizonte anaranjado. Él maneja su auto con soltura, relajando sus brazos sobre el volante, golpeteando los dedos aún cuando no hay música. Conversamos y me cruzo de piernas hundida en el asiento. Me desafía. Se tapa los ojos y me obliga a tomar el volante para no chocar. Grito. Lo reto. Me asusto. Me río. Se venda los ojos con un pañuelo azul y blanco de algodón. Se ríe. Estoy muy cerca de él, de su cara. Me besa tomando completamente mi boca. Siento sus labios suaves que por primera vez no estan ansiosos. Vamos a chocar, pienso, pero no puedo evitar cerrar los ojos y disrutarlo.

Afuera esta frío y huele a campo. La ruta tiene unos pocos autos que con la inminente oscuridad, van prendiendo sus luces. Doblamos en un camino de tierra, hacia una quinta perdida entre el follaje. La casa es grande y sencilla, con una galeria de piso rojo en el fondo. Se siente el chisporroteo en alguna parte del fuego. Habría un asado pero falta la carne, falta todo.

Su amigo nos recibe, me abraza con mucho cariño. Me recrimina el tantísimo tiempo que no nos vemos. El abrazo dura más de lo normal y me besa el cuello haciendo ruidos chistosos. Nos reímos. Lo quiero mucho y también lo he extrañado. Pienso en que diría El Chico del Beso en el Auto, que camina cerca, saludando a los demás.

La noche ha caído. Mi hermano, que también se encuentra allí, me lleva aparte y me pide que lo lleve a la ciudad. Acepto. De paso, pienso, traigo vino y provisiones. Es temprano, quizás las nueve. Nos perdemos en el camino, llegamos a la ruta, a la parada de omnibus. Nos sorprende el tráfico, intenso ahora, que nos ciega con sus luces altas. Cuál tomamos? Cualquiera que nos lleve al centro de la ciudad. Subimos y espero no olvidar como regresar y encontrar la casa en la oscuridad. Pero es temprano.

El Chico del Beso en el Auto se quedó en la casa. No lo extraño. Apenas pienso en él. Llevo mis dedos a la boca y ahí si, extraño, recuerdo su boca en la mía. El sabor. El camino que pasaba debajo, rapidísimo, y nosotros sin notarlo. Extraño el beso, mi labio aprisionado. (Desde la plaza, me dijo su amigo, se llega fácilmente, todos conocen donde queda la casa). Las piedras quejándose debajo de mis pies, las hojas. Reconozco el camino de tierra, la veo: la casa iluminada, las risas adentro, la botella de vino en mi regazo.






19.8.09

SIDE EFFECTS


Más allá de las consecuencias usuales de un divorcio, mucha gente se olvida de pequeñísimos detalles que hacen de la etapa posterior (también) un pequeñisimo infierno.

Aún cuando la separación sea en términos cordiales y amistosos (donde no haya una lucha a muerte por las pelusas del otro o niñitos saltando del psicólogo al abogado); aún asi para las partes involucradas, el camino del after es tortuoso.

(Nótese por favor que voy a hablar con total conocimiento de causa, en tono de protesta indignada con toda la gente que le agrega stress a una situación que per se ya es un embole total. Lo siguiente es absolutamente tendencioso y desprovisto de reflexión y/o consideración alguna)

A saber:

Morbo: toda persona que se entera de tu reciente separación quiere saber POR QUÉ te separaste No importa que no conozca al ex, no importa si es pertinente, no importa si te acaban de conocer. Por qué? Es la primera pregunta. Una se contiene y contesta la primera boludez amable que se le ocurre. Pero en realidad deberia contestar lo que están esperando: él te metió los cuernos con una de 18 años o vos te quedaste a hacer horas extras con tu jefe. Se puede ver incluso una pequeña sonrisa de satisfacción en el interlocutor. No es la fe la que mueve montañas, es el morbo.

Tiempo: después del por qué viene la averiguación sobre cuánto tiempo estuvieron juntos. Asumo que es para evaluar el grado de estropeamiento mental y/o físico en que se encuentran. Obviamente esta pregunta siempre va acompañada de la averiguación de las edades de los involucrados y ocupaciones actuales. No nos engañemos, el interlocutor esta pensando en el hermano/a, primo/a, amigo/a soltero que puede agarrar un pedazo de carne afligida, que cuanto más independiente y bien pagado esté, mucho mejor.

Descendencia: hijos o no hijos, that’s the question. Con eso se evalúa no sólo que tan problemática es la separación sino también el grado de compromiso en la pareja. La frase que lo confirma es “por algo no habrán tenido hijos” y etcs. Una perfecta chotez.

Valores: monetarios, por supuesto. Cosas de valor en común. Quién se queda con qué. Porque no es suficiente con enterarse de todo lo anterior sino que también hay que saber quien es el que salió más o menos beneficiado. Quién se quedó con la casa, con el auto, con el cepillo de limpiar el inodoro... todo.

Interpretación errónea de la realidad: frases como aaah, ahora vas a salir, reventar la noche, conocer todos los tipos que quieras, etc, son los indicadores que el interlocutor tiene la idea que el matrimonio es básicamente como la relación que tenia la princesa Leia con Jabba the Hutt. Libertad se traduce en salir de reviente y pasear de orgía en orgía, como una forma validísima y correcta para lidiar y superar (ojo al piojo) la separación. Nunca creí que un clavo sacase otro clavo.

En el otro lado de la moneda esta la gente ubicada y por lo tanto, confiable, que no pregunta nada innecesario (solo un saludable cómo estas?) y simplemente te ofrece un abrazo, una salida, unas copas de vino y te escucha. Son los únicos pilares donde afirmar la poca salud mental que queda entre tanto chismoso, molesto, jodido. Las cosas como son. Y si las cosas no están juntas, por algo será. Para qué querer saber más.




12.8.09

LUNAS


Hay lunas, everywhere
Como mariposas blancas
Polillas molestas
En la mitad de la noche.

Escribo para que no oigas
Todo el griterío pasajero,
Y me mires

Los firuletes azules
En la hoja blanca
Que se queja por mis irreverencias
Ella prefiría morir virgen
(como aquella otra)
Acabada en un estante,
Húmeda.

No me quiere contándote mentiras,
La vida
Las altísimas nubes deformes
Que me protegen de los rayos
La luz en mi cabeza.

Hay lunas, everywhere
Marcando otro camino.

4.8.09

Julio. Gustav. James


Soy una leve presencia. Breve, sin sombra ni materia. Un par de ojos vacíos en la noche, deambulando confusa en la neblina de una noche invernal.

Pasada la medianoche ahogaría un lamento, sería un soplo de aire helado, unos dedos fríos rozando pieles tibias.

Intrusa.

Traspasada por miles de cuerpos.

Anónima y olvidada.

Un tintineo inoportuno.

Unos pasos ligeros en el pasillo.

Tu corazón que se acelera y se acelera sin saber porqué. Ahí estoy, invisible y paria. Soy un recuerdo. Soy una nada.



¿Qué es un fantasma?, preguntó Stephen. Un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres.

James Joyce

Definición del Fantasma

Ulysses (1921)


Foto: Klimt



15.7.09

EXPERIMENTOS


Tengo fuera de mi un torbellino ambulante, me tira besos y se desprende el vestido dejandome ver su cuello fino, deseoso.
Afuera me persiguen las canciones viejas, las rutinas y muchas pelotitas de colores que se escurren de mis manos, corren por el piso y me arrastro, lastimándome las manos las rodillas, tratando de alcanzarlas. Su brillo me eclipsa. Me hacen gritar. Afuera tengo vida. Un torbellino desordenado que baila las viejas melodías. Conozco esas melodías, la letra que tarareo les pertenece.
Por dentro estoy volando y quiero dormirme. Tomo pastillas, tomo bebidas y me intoxico leyendo. Vomito. El cuerpo se estremece en un espasmo para liberar lo que no puedo retener, cierro los ojos. Lo dejo hacer, que salga que se libere. Termino llorando en el suelo, amortiguada y sucia, temblando, deseando tu vestido tu cuello tu...


(Después)

Acaso no me responderías cuando te pregunte dónde vamos. Como siempre dejaría que me tomes de las manos y me lleves. Me cansé de preguntar, de las razones que lo explican todo cuando me estoy volviendo loca. No vale la pena, no sirve. Soy una niña y me diste pelotitas de colores para que me distraiga. Pusiste la música fuerte para que no te escuche y solamente sonría al verte mover los labios.
Te vas bailando una canción que tenés dentro de tu cabeza, te tocas los hombros y te deseo como siempre, aún más ahora, me paro y corro hacia donde estas.

(Ahora)

Alguien me llama desde lejos y estoy metida en la cama tapada con las colchas y las sábanas, sintiendo la tibieza de mi aliento. Estoy rezando, o contando los minutos. Afuera hace frío y hay sol, intruso en mi pared con sus rayos y mi dolor de cabeza. He soñado, te cuento, que era una niña y jugaba con mariposas en un campo amarillo y marrón. Estaba nublado como en la mayoría de mis sueños, coloreado en grises bonitos y no había viento.
Me detenía sin aliento en la mitad de la carrera y caía en el pasto (me molestaban las piedras en la espalda) y dibujaba con mis manos la tersura de tu cuerpo.



Foto: Domen Lombergar

11.5.09

LET DOWN




Ella se veía, a través del vidrio, abrumada. Pesaba en su nuca una carga muerta, una levísima inclinación en su mirada, en su cabeza, en sus brazos y las manos, rojas del frío, abrazan la taza que humea.

Parece como si, en cualquier momento, se fuese a levantar, desesperada, salir corriendo a la calle, llorando, usando sus manos frías para calmar el estallido de su cara.
Suspira. Mira, husmeando el horizonte. Tiene el pecho inflado de aire que no se quiere ir. Es una hija del invierno, que le da excusas para esconderse detrás de bufandas y sobretodos, una armadura, sombreros hasta los ojos y guantes para sus manos.

Debe estar pensando en alguien que no llega. Que no va a llegar. Fue a calentarse, a resguardar su nariz del viento, a esperar una hora específica. No espera a nadie. Su cara es de resignación, de alguien que ya a escrito su final, que dijo palabras de despedida, que abrazó con fuerza para no olvidar el olor que despedía su piel, para recordarlo en todos los abrazos que vaya a dar de aquí en adelante, porque no serán de él.

Cuando veo que se le pierde la mirada en la muchedumbre ciega que pasa en las calles, sé que lo está recordando, en ese mismo instante seguramente imagina una preciosa fantasía, (hasta puedo ver que las comisuras le tiemblan en una pequeña sonrisa).

Se despierta, sacude la cabeza, se concentra en sus manos ahora tibias y la taza que ya no humea, en el bar ruidoso y la silla vacía delante suyo. Como dije, no espera a nadie. Levanta la mano, el mozo se acerca, le paga con el cambio justo y toma su bolso y su abrigo y sale. Quisiera correr, romper con un martillo esa realidad que le pesa, quiero despedazar, triturar los vidrios que le reflejan su figura solitaria, como una trampa, sola y sin salida. Luego mirarla a los ojos y verla ligera, una sonrisa y otro suspiro. Quiero seguirla por las calles frías de gente muerta hasta que me doy cuenta que la he perdido en ese cementerio palpitante.




5.5.09

RECETA

Ingredientes

Ganas, punto

Preparación

Llegar a casa, previa parada en el almacén amigo donde compra los elementos necesarios, prepizzas, aceitunas (medio fuleras, pero algunas se salvaban) y una pequeña quilmes red lager porque stout no había.

Arribar al hogar, prender luces y precipitarse a encender los adminículos necesarios, entiéndase, la computadora para hacer uno que otro test pelotudo en Facebook, el equipo de música, la luz del baño que aunque no lo usemos para nada TIENE que estar prendida.

Imprescindible: poner el Winamp en shuffle y ver donde el azar dirige tu música y tu humor.

Recolectar de la heladera las pocas cebollas que quedan sin pudrirse y repetir por 732493462983762da vez que vas a tirar ese yogurt.

Darle unos 10 minutitos en el freezer a la Red Lager para que esté en punto caramelo. Comer unas aceitunas mientras.

Poner una cacerolita al fuego y realizar algún horror culinario que se llame salsa para pizza. Agregar el adobo correspondiente que la justifique.

Abrir la Red Lager y sentir un incremento salival importante. Saborear la cerveza espumosa y el punto de frescura que viene a aplacar la sed producida por comer tantas aceitunas.

Bailar con lo que suene en ese momento en los parlantes. Botella en mano. Intentar cantar usándola de micrófono. Pensas que son las 10 de la noche y que los vecinos te deben odiar y no te importa un pito.

Aceptar que la salsa es un desastre pero zafa. Regar las prepizzas con eso, cortar el queso y poner las pocas aceitunas que te quedaron después de comertelas todas antes.

Poner a horno moderado y esperar que llegue el otro comensal.

La botella se encuentra peligrosamente vacía y vos peligrosamente contenta por las artes de la fermentación.

Correr los muebles y sospechosamente, es el azar que guía hasta la mejor canción para esa noche, esa hora y ese estado. Te ponés a saltar y a bailar. Pensás que el mundo es una extraña y hermosa porquería que se deja querer de vez en cuando.
Bailas. Guitarras. Batería. Guitarras. Todo gira.







La cena está lista.






19.3.09

BREVE


"A tu lado me volví tan finita que un día sin querer me atravesaste y me quebraste.
No te diste cuenta y pasaste de largo.
Ahora estoy desparramada en muchas partes. Ninguna te pertenece."