5.11.12
EXCELENTE DIEZ
10.9.12
EL UNIVERSO NO DUELE

Son graciosos los caminos que elegimos para no sentirnos solos. Para poder sentir que no somos éter rodando en el universo sin entidad física. Necesitamos que alguien nos toque nos hable nos despierte de lo que creemos es un sueño/pesadilla.
El trabajo.
La comida.
El sexo.
¿Algún hobbie socialmente aceptable?
El arte.
Es la maldición del ser humano y su albedrío. Es el castigo del dios que todos creen benévolo y justo, te escribo el guión hasta la mitad, el resto es tu responsabilidad. Nunca es su culpa, es nuestra. Nuestras elecciones. Como si fuera posible no elegir y pasar la vida como una mascota, comiendo, caminando, cagando, siguiendo las reglas.
¿Qué pasa con las otras personas? ¿Con las que colisionamos sin querer y rasgan la burbuja? Nuestra decisión, dice. Es mi albedrío. Es mi grand finale.
Una mierda el libre albedrío, si se me permite la opinión. Creo en el caos, en la imprevisibilidad del futuro, de los elementos atractores y aquellos que se alejan. La libertad es un mito para los soñadores, para las excusas, estamos confinados a fuerzas que no entendemos, que nos envuelven invisibles y así también nos expulsan a otros campos. Rebotamos en un vasto castillo inflable, creemos que estamos allí porque queremos, porque lo elegimos. No, no hay nada que podamos elegir, quizás algún dios pudo elegir su omnipotencia y ahí estará arrepintiéndose. Él tampoco es libre, jamás lo será, solo tiene un teatro y millones de actores que ejecutan sus pequeñas vidas. Rebotando de un lado a otro sin que puedan hacer nada.
Porque verás, cuando elegí besarte, dejarme atar por esos hilos frenéticos, ya sabia que no tenia salvación. Sabia que cuando abrieras los ojos y tus labios se separasen de mi, otra vez mis moléculas se separarían y dispersas, se escaparían lejos, donde no pudiese atraparlas.
27.8.12
NOVIEMBRE
La calle se mueve lenta. El calor se eleve en un vapor invisible que entra por cada poro, impiadoso. Cara de rojas langostas. Gotas de sudor por las piernas, brazos, pecho, cuello, orejas; pequeñas gotas que se evaporan sin refrescar.
Caminé las diez cuadras sintiendo mi cerebro cerrarse. No tenía sed. No estaba cansada. Sólo sentía los rayos atravesarme, mi corazón alterado y el hueco en el estómago.
Subí el volumen de la canción: ahora me aturdo. Uno a la vez mis pies, adelante adelante, por la vereda, las baldosas, el pavimento de agua, la tierra y el polvo. Siento mi remera pegarse a mi cuerpo húmedo e incandescente: soy una supernova, voy a crear miles de estrellas desde mi pelo seco, de mis piernas, mis dedos, desde mi blancura, mucha luz.
Acaricio el picaporte de mi puerta y la llave se desliza en silencio. Adentro no hay nadie, no hay redención ni una sonrisa salvadora. Tiro mi bolso al piso y hace eco en la casa vacía.
Lo único frío es el hueco en mi estómago, que se vuelve un alivio. Despacio me desplomo en el piso y me saco la ropa, despacio, los mosaicos me reciben con mi sudor y con mis lágrimas, despacio, con los espasmos y el eco de cada uno reventando en mi cabeza. Mi cuerpo se enfría horas después cuando en el cielo aparece la primera nube de tormenta.
3.7.12
EIGHT
3.6.12
300
Pienso en comprar otro almanaque.
Trescientos días que siguen siendo el primero, porque el tiempo no pasa (cruel piedad), y otra vez ese desencanto de las causas imposibles.
21.5.12
OH MOTHER QUEEN
Abrí los ojos y lo vi con su camisa abierta dejando su pecho brilloso agitarse sin barreras. Lo toqué con la punta de mis dedos, apenas apoyando las yemas sobre la piel, deslizándolos despacio hacia abajo. La respiración se hizo profunda y un gemido me avisó que había llegado a un punto crítico.
(Su boca sobre la mía, suave, como si fuera una fruta)
Luces, Madonna ronroneando lejos. Mi propia agitación y su cara a mi lado diciéndome algo que no recuerdo.
Sus manos siguen sobre mi , acariciándome como si fuera a escaparme. Susurra, me gusta tu piel; me recorre punta a punta, besos pequeños y grandes, traidores, de nuevo el derrumbe de cualquier voluntad, me someto al calor que sube espalda arriba, electrificando poros y sentidos.
Recuerdo el vino, la brasa encendida de un cigarrillo en el balcón, el mundo que se apaga lento, el silencio que sigue, un rumor sordo en mis oídos que aumenta. Me tiembla la garganta y me aferro a su hombro, a su pelo, luego vuelve el silencio, luego es como si despertara finalmente.
Imposible no sentirme nerviosa, con los años que habían pasado entre nosotros (nosotros: mente-cuerpo-expectativas), éramos otros. Diferentes y no. Convergíamos otra vez, imposible no sentirme nerviosa.
Mick Jagger gritaba su rocanrol desde Inglaterra, mother queen, he allí todo pulmones y furia. Terminamos el vino. Hicimos preguntas de rigor y otras más comprometidas, caminamos lentamente en las fantasías de cada uno. Éramos presente, vino, cigarrillos, Mick Jagger, Keith el inmortal, etc. Rodamos, toda la noche, riéndonos de la mismísima realidad.
Photo: Same Mistake by macxoom