Luego de meses de una incipiente solteria, con una "relación de transición " –que le dicen- en el medio, ahora estoy convencida en un 98% que esto de las Relaciones Interpersonales con Tintes Románticos, son un SEÑOR quilombo. De por si pensé que luego de años fuera del mercado me oxidarían pero no no, ese no fue el problema. Soy yo y mi exclusivísima forma de ver las cosas, casas, quesos y gente.
Hasta hace unos meses no sabía lo que era una cita de verdad, con un perfecto desconocido. La tuve y no sabía que hacer. Miles de películas hollywoodenses (que se contradecían entre si, of course) pasaban por mi mente, consejos alguna vez escuchados de mis amigas… al final improvisé.
Resumiendo: llegué hasta una segunda cita y ahí me decidí a ser yo misma y bue… que podía pasar? Si, eso: goodbye my lover, goodbye my friend.
Lo bueno (seamos optimistas) es que aún después de tanto tiempo mantengo la magia (?) de echarlo todo a perder pero siempre fiel a mis principios. El mayor de todos es: no soy una persona de protocolos.
Odio el protocolo.
He tenido más de un interesante intercambio de opiniones con mi psicólogo (y una vez con una amiga que me trató de atorranta), sobre eso de las reglas y la espera y la histeria, básicamente.
No se no se no se.
Mi pretensión naif es que el hombre que esté conmigo tiene que ser más que sus prejuicios y su educación de cassette (oh, cassette! Qué vieja!) repitiendo las mismas estupideces a lo largo de los años. Además algo que aborrezco es la histeria –de ambos sexos-, esa actitud hipócrita y generalmente de reprimiditos perversos (y no confundirla con seducción, por favor)
Valga la aclaración, no juzgo a la gente que hace del protocolo su boya salvadora, para nada. Admiro a los que esperan 48 hs para llamar después de una cita, o que no tienen sexo de determinada forma hasta que no ven un anillo en el anular izquierdo. Good for you! Yo no puedo. No me da el CI. No puedo tener una conducta estándar con cada persona diferentísima que conozco cada vez.
Tanto optimismo también tiene que ver con que anduve viendo Whatever Works de Woody Allen, y algo de esa resolución en contra de lo programado y establecido, me resultó simpatiquísima (y también un poco de odio a la humanidad en las más idiota de sus formas). Fundamentalmente porque es asi, el amor tiene eso de whatever works. Supongo que en el último lugar donde deberíamos buscar protocolos es ahí, debe suceder, quién sabe cómo, de cualquier forma ¿durará?, de cualquier forma ¿me hará feliz o algo parecido?
Me he enamorado de las personas más dispares que puede haber, so what? Funcionó. Funcionaron. Hermosos recuerdos. Debería ser más simple, no andar buscando un conjunto de actitudes que nos aseguren que es LA persona, EL amor de tu vida, LA mejor elección que hiciste, EL mejor seguro para que no te rompan el corazón. Falacias.
Con una amiga encontramos una solución (momentánea, más sana y productiva), un sábado de pisco, helado y drogas apenas legales, viendo películas independientes y fotos de viejos amores: decidimos enamorarnos del arte. Ella del teatro, yo de la escritura y la fotografía. Y si bien nos buscamos amantes super exigentes que no nos dan una pisca de sexo, bue, al menos serán incondicionales, fieles y gloriosamente desprejuiciados, aún cuando busquemos otra vez el beso de una nueva víctima, en la penumbra de las veredas, deseando que sea el momento correcto porque este chico nos gusta mucho y… una nunca sabe, este puede ser… o no… o si, luego de mucho tiempo y después de todo, que lindas son esas sorpresas.
3 comentarios:
para semejante tenor de personalidad, debe haber un cuarto de naranja (fugaz, o no, quién sabe) dando vueltas.
enfocarse en el "mientras" es lo más productivo.
:)
Ah, odio esa cosa de frigida reprimida e insegura que posterga el sexo que se muere por tener hasta la cita nùmero x porque asume que "te respetan más" si te hacés rogar. Pavada de respeto te merecés si la única forma de ganartelo es escamoteando la quetejedi. Por otro lado, la primera vez que salí con mi novio terminamos revolcándonos como animales y aquí estamos, casi al año de ese acontecimiento y joya. En fin... creo que me fui de tema. A lo que voy: te felicito por ser como sos aunque te cueste las citas!!
Yo tampoco estoy preparada para el infierno de las citas...
Nunca estuve preparada. No soy una estratega... qué mundo infame!
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